Una maleta

Menguaron las horas, los atardeceres, las noches.

Menguaron las botellas, las copas y las mesas.

Menguaron los deseos, las intenciones, los horizontes.

Menguaron tantas cosas, que todas ellas cabrían fácilmente en una maleta.

Y aún podría llevarla conmigo a cuestas, sin demasiado esfuerzo,

y dedicarme a hacer trucos de magia ante un público igual de menguado.

Tal vez, con esa maleta, hasta sería capaz de crear un día completo.

Bebernos una botella de vino y brindar con nuestras copas en una gran mesa.

Provocarte el deseo de besarme, la intención de repetirlo

y dibujar horizontes que recorrer juntos,

haciendo magia con todas esas cosas menguadas.

Sí, menguaron las horas, los atardeceres, las noches…

Menguaron nuestras charlas, y por qué no decirlo, también nuestro ingenio.

Pero los que no menguaron fueron nuestros sueños, ni las ganas de hacer magia.  

Autora: Patricia Bernardo © 2021.

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