«Detrás de cuatro poetas con Hemingway»

Estamos al sur de Utrecht, en los Países Bajos. Es un lunes de comienzos de octubre que anuncia la llegada del otoño. En la mesa hay copas, botellas de vino, restos de pizza, libros de Ernest Hemingway, César Vallejo, Rafael Alberti, Octavio Paz y Elizabeth Bishop. Meteoro, merodea por la casa con su aspecto elegante y de vez en cuando se arrima a nuestras piernas para pedirnos una caricia. En la preciosa casa de Karina Miñano el tiempo se desliza, sin que seamos conscientes de que llevamos horas ensayando y hablando sobre nuestras vidas. Al día siguiente, haremos una mesa redonda sobre «Cuatro poetas con Hemingway», en el Instituto Cervantes de Utrecht.

Es la segunda vez, después de nuestra primera experiencia en el Instituto Cervantes de Estocolmo, en mayo, y por eso hay nervios, pero también ilusión. Así que, no se me ocurre mejor forma de contaros qué es: «Cuatro poetas con Hemingway», que hablando con las mujeres que forman parte del proyecto. Escritoras y amantes de la literatura, a las que admiro profundamente. Ellas son: Karina Miñano, Mayte Calderón Grobet y Anabel Lora Mingote.

HTR: ¿Quién se anima a contar qué es «Cuatro poetas con Hemingway»? Mayte, empieza tú:

MC: Este proyecto surge de la admiración, en primer lugar hacia Karina, cuando me invitó al programa: «Por debajo de la Pluma» y animó a hablar sobre Octavio Paz. Al terminar, sentí una sensación de euforia, tras la conversación que surgió entre las dos. «Esto no se puede quedar así», pensé.

Antes, ya había estado Anabel, hablando de Rosalía de Castro y después, Patricia, con Elizabeth Bishop. Así que me dije: «Lo que hemos hecho con Karina tiene que trascender. Tenemos que ir al Instituto Cervantes. Pensé que debíamos hacer esto las cuatro: Karina, Anabel y Patricia, a la que admiro y sabe tanto sobre Hemingway.

Karina Miñano, Patricia Bernardo, Mayte Calderón y Anabel Lora Mingote en el Instituto Cervantes de Estocomo. 21 de mayo de 2024.

Así comenzamos a pensar en Hemingway como nexo de unión y en el «Segundo congreso de escritores por la defensa de la cultura» (Valencia 1937), en el que coincidieron Hemingway, Octavio Paz, Cesar Vallejo y Alberti.

Fue una idea loca, pero yo estaba convencida que íbamos a ir al Instituto Cervantes de Estocolmo, donde paso gran parte de mi tiempo libre, asistiendo a actos culturales. Y fuimos.

«Cuatro poetas con Hemingway» en el Instituto Cervantes de Estocolmo, editado por Pauli Calderón.

HTR: Karina, tú nos llamas y nos unes a todas en tu programa «Por debajo de la pluma». Cuéntanos cómo surge este programa y encuentro.

KM: «Cuéntame un libro» es una plataforma muy bonita en la que sus creadores empezaron a hacer reseñas de libros y me invitaron a hacer una sobre mi novela: «Remolino de Sueños». Ahora, han crecido mucho. Yo los seguía, pero me di cuenta de que la poesía era la gran olvidada, así que se lo comenté a Claudia. Ella me dijo que iban a hacer un programa especial por la poesía en marzo. Pero pensé que no era suficiente.

Este programa surge precisamente para llevar un poco de historia de la poesía a los escritores nóveles que están empezando. Yo hacía mis sábados de poesía en Instagram y Facebook. Recibía mensajes de personas que me decían: «No puedo leer poesía, pero cuando te escucho, sí, porque aprendo» Personas, muchas de ellas que no tienen poder adquisitivo. Esa labor casi social me animó aún más. Así que le propuse a «Cuéntame un libro» hacer este programa y les encantó.

Luego pensé: «¿Cómo hago?». Quería que fuese diferente, como una especie de entrevista. Comencé hablando sobre César Vallejo, que es el poeta peruano que me impulsó a escribir poesía. Pero yo tengo un grupo de escritoras a las que admiro. Siempre escojo a las personas que me gustan. Las admiro a ustedes tres. Voy a explicar por qué. Lo que me encanta de Anabel es que es una persona bella y sensible. Un día, hablando, le dije: «A mi me emocionas cuando escribes relatos. También me gusta cuando escribes poesía, pero si tengo que escoger, son los relatos».

Pero también pensaba en Patricia y me decía: «A mi me gustaría escribir relatos como ella. Escribe tan bien… Y tiene las palabras justas». Tú lees el relato, y yo se que hay un trabajo detrás, pero parece que lo escribió con una facilidad… ¡Cómo me gustaría tener esa capacidad!.

Y en el caso de Mayte, confieso que siempre la he tenido una envidia sana, porque cuando leí: «Detrás de tus ojos verdes» pensé: «Ojalá mi primer libro tuviese esa calidad». Ustedes chicas, son lo que a mi me gustaría ser. Por eso es que fueron las primeras invitadas a mi programa: «Por debajo de la pluma»

HTR: Gracias Karina por tus hermosas palabras (me emociono). Tenemos otro lugar de encuentro de todas, que es «Liberemos las palabras», un proyecto del que formáis parte Karina y Anabel (ahora también Mayte). Cuéntanos Anabel. Tú me invitaste en julio y participé con un poema que se titula «Sueños».

ALM: Yo conocí «Liberemos las palabras» gracias a Karina, que me invitó a participar. Ya sabéis que cada mes se invita a una persona. Pensé: «Qué voy a escribir, con el respeto y admiración que tengo a Karina». Quería estar a la altura. Pero un día, estaba en casa y me vino una idea a la cabeza que no pude dejar pasar. Me obsesionó, hasta que tomó forma de relato. Fue algo muy profundo, como si alguien me lo hubiese transmitido. Se lo envié a Karina y le gustó. Después, una de las compañeras de Karina, dejó el Blog y me propusieron ser la editora. Me pareció un honor, porque hay más escritoras en el Blog a las que admiro. Y así fue como entré a formar parte de «Liberemos las palabras»

Anabel Lora Mingote, firmando «Sustrato», una de las antologías en las que ha participado.

HTR:  «Cuatro Poetas con Hemingway» combina prosa y poesía. ¿Qué significa para vosotras escribir?.

MC: Para mí escribir es una catarsis. Es una manera de sacar todo lo que tengo dentro y también, dejar un legado. Sentir que la palabra, lo que pueda aportar, se va a quedar. Eso empezó con: «Detrás de tus ojos verdes», que fue para dejar el legado de mi abuela. Escribía desde niña cuentos, diarios… De todo. La literatura siempre ha formado una gran parte de mi vida. Escribir es una manera de dejar una constancia de vida. Ahora, en mi caso, vivir en un país que no es de habla hispana presenta muchos retos y hace todavía que tenga otra dimensión.

Mayte Calderón Grobet, en la presentación de su novela «Detrás de tus ojos verdes»

ALM: Yo he escrito siempre desde pequeña. Veía cosas en los demás y entendí pronto que eso no era lo normal. Así que escribir era una forma de escudarme, de crear personajes, de ser otras personas, de decir lo que sentía. Era un tipo de diario en forma de cuento, poemas… Para mí es una forma de desnudarme a través de otros mundos, a través de la imaginación. La escritura me parece magia.

Anabel Lora Mingote, firmando la antología «Personal y transferible» en la que participa con otras poetas.

KM: Creo que es un poco como dice Anabel. Yo me escondía a través de los personajes que creaba en mi cabeza. Como les conté, caminaba desde mi casa al colegio y del colegio a casa en secundaria. Eran treinta minutos en los que tenía una imaginación increíble. Iba pensando qué cosa iba a hacer. Es muy difícil describirlo. No me gustan los lugares comunes, pero si hay un día que no escribo, aunque sea una palabra, es como si me ahogara. Hay días en los que no escribo relatos, pero te puedo asegurar que no hay día en que no escriba una palabra que haya escuchado, porque me intriga, o una palabra nueva que haya descubierto. No puedo describir qué es, porque es algo innato, que incluso hago mentalmente.

Karina Miñano, con su novela «Remolino de sueños».

HTR: ¿Pensáis en escribir? A mi me pasa constantemente. Voy caminando por la calle y pienso: «Ahora voy a escribir esta frase».

KM: Me pasa muchísimo. Hago mucho monólogo interior. Tengo dos Karinas: la que conversa conmigo y yo. Creo que nos pasa a todas. Soy una persona muy tímida y hay mucho de niña en mí. Con el tiempo me he vuelto muy metódica y al final del día tengo una regla: pienso qué cosa he aprendido y la anoto en la libreta que está al costado de mi cama.

HTR: Anabel y yo vivimos en España, en las ciudades en las que nacimos: Pamplona y Oviedo. Pero aquí tenemos dos ejemplos, que sois nuestras anfitrionas en Europa: Mayte eres de México, pero llevas treinta años viviendo en Estocolmo; Karina eres de Perú y llevas veintiún años en Holanda. Latinoamericanas, venís a países de habla no fácil: sueco y holandés. Para escribir, para leer, para relacionaros. ¿Cómo es esa dualidad lingüística, casi tridimensional?.

MC: Ha sido una lucha interna. Siempre he sentido que tenía un pie en México y otro en Suecia. Había que luchar con esa dualidad. Por eso es que, a los pocos años de llegar a Suecia, me incorporé a la Asociación de mexicanos y ahí, inmediatamente tuve la oportunidad de fundar un periódico. Esa iba ser mi aportación: a través de la palabra. Decidí fundar el periódico «Murmullos» y fue un salto dentro Suecia, en mi idioma. Otra vez surge el legado. Una forma de dejar huella. De contribuir, de enseñar, de traspasar la cultura mexicana. Tal vez no llegaría a todos los suecos, pero curiosamente, había muchísimos que formaban parte de la Asociación de mexicanos, porque habían estado trabajando en diferentes compañías, como Ericsson y habían vivido en México. Por eso estaban interesados en la cultura mexicana. Ese fue el inicio y lo que mantuvo mi mente viva con el idioma, además de leer. Todo esto es antes de la época de internet. Después, decido pasar el periódico a digital, pero desgraciadamente no hubo suficientes recursos para mantenerlo. Luego, me tomé dos meses sabáticos para escribir: «Detrás de tus ojos verdes».

Mayte Calderón en el Instituto Cervantes de Estocolmo, con su novela «Detrás de tus ojos verdes»

Durante la mesa redonda en el Instituto Cervantes de Utrecht. Mayte Calderón, Patricia Bernardo, Karina Miñano y Anabel Lora.

Después, fue el master de creación literaria donde las conocí. Pero resumiendo, es una lucha constante para mantener el idioma. Hablar sueco todos los días disminuye tu capacidad, vas perdiendo la cotidianeidad con el idioma, los modismos. Tienes que leer y escuchar en español para no alejarte.

KM: Mayte lo ha resumido muy bien. No es fácil. Cuando llegué a Holanda recuerdo que no podía diferenciar el holandés del alemán. Por un lado, aprendes el idioma porque vas a vivir aquí y te tienes que integrar. Es bueno, porque puedes hablar con las personas y saber qué es lo que te dicen en el supermercado, en la estación de trenes, aunque aquí, en Holanda todos hablan inglés, por lo que hay un punto intermedio. Pero si quieres entender un poco mas la idiosincrasia del país, es bueno que te integres con el idioma. Sin embargo, eso afecta definitivamente a tu propio idioma. Llevo escriendo desde niña, pero no lo hacía profesionalmente, hasta que entré al master de creación literaria. Lo hice con muchas dudas, porque no sabía si lo que escribía era bueno o no. Finalmente fue una reacción positiva y me dije: «Vamos a trabajarlo». Hubo una conversación privada con Espido Freire, en la que me dijo: «Yo no sé por qué tienes tantas dudas».

Karina Miñano en el Instituto Cervantes de Utrecht.

Creo que fue suficiente para darme el empuje y seguir escribiendo en español, de forma profesional. Pero, tal y como dice Mayte, es una lucha constante, porque a veces se me olvidan las palabras. En la empresa donde trabajo hablamos inglés, regreso a casa, hablo español con mi hermano y me doy cuenta que hago unas estructuras muy raras. Leer es una de las cosas que mas me gusta y hacer los sábados de poesía, casi como un ejercicio para obligarme a estar en contacto con mi idioma y buscar palabras nuevas. Pero, por otro lado, te comentaba Patricia, que nunca he tenido «home sick» y eso también me ha ayudado a no tener que extrañar mucho dónde vivía y adaptarme a este país, que me gusta mucho. Hasta me he adaptado al frío. Cosa que antes no creía que sucedería. No es sencillo, tienes que estar siempre pendiente de lo que dices.

Ultimando detalles en el Instituto Cervantes de Utrecht.

HTR: Y hablando de leer. ¿Qué o a quién os gusta leer?

ALM: Tengo una mente muy abierta. Me encanta Agatha Christie. Todo lo que es novela negra y thriller. Ahora descubrí a Susana Rodríguez Lezón, que es una chica de Pamplona, periodista. Algunos relatos cortos que tiene Carlos Bassas son buenísimos: «Justo», «Soledad». Mikel Alvira, otro chico de Pamplona que también escribe relatos: «El bosque de las hayas», por ejemplo. Me encanta la fantasía y la ciencia ficción. Le doy a todo, salvo al terror. Pero si os tuviese que recomendar un libro ahora mismo, sería: «Mostaza» de Mikel Alvira, porque me ha parecido muy curioso.

MC: Me gusta mucho leer a las escritoras femeninas de España y de México. Adoro a María Dueñas, me encanta su prosa tan cuidada. También Rosa Montero. Acabo de leer «Los astronautas» de Laura Ferrero. Tengo debilidad por las escritoras españolas, pero también por las mexicanas como Guadalupe Netel: «El cuerpo en el que nací». Villoro también me gusta, Jorge Volpi y Lydia Cacho. Ahora estoy leyendo a la sueca  Linn Ullman, hija de la actriz Liv Ullman y el director Ingmar Bergman. Es una escritora mas o menos de mi edad y sus novelas están a varios idiomas. Se la recomiendo. Tiene una novela de introspección sobre lo que sufrió con ese matrimonio tan explosivo entre Liv y Bergman. Sigo enamorada de la pareja Paul Auster y Siri  Hustvedt. Hemos leído mi marido Olof y yo en voz alta «La trilogía de Nueva York». Y cada vez que leo las entrevistas y lo que ha dejado tras su muerte, siento haberlo conocido tan tarde.

El público pregunta en el Instituto Cervantes de Utrecht.

KM: Últimamente me estoy decantando por el ensayo. Me gusta «La filosofía del miedo» Y estoy leyendo un ensayo sobre César Vallejo y Georgette Vallejo. Me gustan mucho las biografías, las historias basadas en dramas reales. Leo también en inglés. Hay dos libros de ensayos que me encantan. Uno se traduciría como: «El país de origen» de un periodista holandés que habla sobre los procesos de migración. Cuenta que los cinco primeros años son de comparación entre tu país de origen y en el que estás, para luego pasar a un proceso de diez, quince años, que es un periodo de aceptación y no saber de dónde eres. Eso me sucedió cuando regresé a Perú. Y después de ese periodo, viene uno de raíces, en el que te das cuenta que eres de donde vives y creas raíces.

HTR: Contadme los proyectos que tenéis entre manos.

KM: Dos poemarios. Uno está en concurso, otro me lo acaba de rechazar la editorial. Al parecer, ahora mismo, no hay mucha cabida para la poesía en España. Y mi novela corta erótica, que toca un tema de minorías en la que estoy trabajando ahora.

ALM: Tengo un libro de relatos terminado. Además, estoy trabajando en una novela de personajes, que es una especie de «Domestic noir» y un poemario ilustrado por mí.

MC: Yo he terminado mi segunda novela: «Nocturno de Hokaido», que está en proceso de publicación.

La entrevista se tiene que interrumpir. Anabel hace una seña para recordarme que se nos va el último tren a Amersfoort, donde nos alojamos. Salimos corriendo de casa de Karina Mayte, Anabel y yo, dejando un rastro de copas vacías, restos de pizza y zapatillas a la puerta. Meteoro nos mira expectante, porque, tal vez esa sea la ultima vez que le volvamos a ver durante nuestra estancia en Holanda. Aunque nunca nos vamos del todo de los lugares en los que nos sentimos como en casa.

Al día siguiente, será la mesa redonda en el «Instituto Cervantes» de Utrecht. Parecía que el tiempo nos estaba regalando una tregua que se romperá justo al entrar en el Instituto.

Lo mas relevante, todas estamos de acuerdo, es el valor de difundir la obra de estos autores del siglo veinte, que contribuyeron de forma rompedora a cambiar el mundo de la literatura con su vida, sus palabras, sus relatos y poesía. ¡Cuánta fuerza hay en utilizar la palabra para luchar por la libertad!

Imágenes en el Instituto Cervantes de Utrecht, durante la mesa redonda de «Cuatro poetas con Hemingway»

Hemos hecho todo esto de forma desinteresada. Por eso, «Cuatro poetas con Hemingway» no sería posible sin la ayuda de las personas y amistades que os unís a nosotras en cada viaje, para echarnos una mano.

En Estocolmo, Mayte Calderón fue nuestra anfitriona con letras mayúsculas, Pauli Calderón fue el autor del vídeo y fotos preciosas. Sonia Gewers acogió a parte del equipo en su apartamento, donde ensayamos (Sonia, eres casa). Asun nos ayudó a encontrar alojamiento, Shahar (Brindo por tu música y a ser posible en el Bar de Rob.), Mercedes (Gracias por ese baño en «Artipelag». Aún no me creo que nos hayamos bañado en el Báltico en mayo.) Gracias a todas las personas que asististeis un martes soleado y caluroso de primavera inolvidable. Gracias a las embajadas y consulados de: México, Uruguay y Perú. Olof, Raúl y Eva: gracias por estar y acompañar. Al Instituto Cervantes de Estocolmo: gracias por interesarse por nuestro proyecto. Nunca imaginamos que sería así.

Imágenes del Instituto Cervantes de Estocolmo, antes de dar comienzo «Cuatro poetas con Hemingway»

Foto en Estocolmo. Después de realizar la mesa redonda el 21 de mayo de 2024.

En Utrecht, no se qué habríamos hecho sin nuestra Karina Miñano y su hermano Manuel que, no solo diseñó los folletos que habéis visto en la publicidad, sino que además, cocinó el mejor ceviche que probé en mi vida. Gracias a Andras por las fotos y buen humor. Gracias a las personas que acudieron a vernos como: Elena, Alejandra, Horacio… Disculpad por no recordar todos los nombres, pero tengo vuestras caras en mi memoria y conversaciones (qué maravilla). Gracias al vicecónsul de Perú, que no solo nos obsequió con su presencia y preguntas, sino con vino peruano (gran descubrimiento). Y una vez más: gracias al equipo del Instituto Cervantes de Utrecht por su amabilidad.

Somos afortunadas. «Cuatro poetas con Hemingway» continuará.

Autora: Patricia Bernardo. 2024.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

SUSCRÍBETE AHORA

Loading
WhatsApp
Email